Durante el verano de 2012 viajamos siguiendo el curso del Danubio desde su nacimiento hasta Budapest, con algunas incursiones algo alejadas de su cauce como fue el caso de Praga.
El origen del viaje fue un regalo que me hizo Ana hace ya algunos años, el maravilloso libro de Claudio Magris, El Danubio. Sumergirse en su lectura es una experiencia única e inagotable que no solo ensancha la visión histórica de una manera decisiva sino que también propicia un irrefrenable deseo de estar "allí".
Y nos pone de manifiesto el contraste entre la riqueza cultural en la que ahonda (para lo bueno pero también bajo la que se han cometido enormes masacres) y su profundo desconocimiento por estas latitudes.